lunes, 9 de abril de 2012

Semana Santa

Días antes del comienzo de la Semana Santa no sabía todavía lo que iba a hacer. Tan solo unos días antes supe ya que iba a ir a Fátima, Portugal.
Hay varias maneras de vivir la Semana Santa. La primera es estar con el Papa, es decir, ir a Roma. También puedes ir a las ciudades del sur de España a contemplar los pasos de Semana Santa y acompañar al Señor meditando con esas imágenes. Pero también puedes acompañar especialmente a la Virgen María, y eso es lo que hice yo al ir a Fátima.
Espero que todos lo sepáis, pero por si acaso explico la historia de Fátima brevemente. En 1917 la Virgen se apareció en la localidad de Fátima, Portugal, a unos pastorcillos. Ella les pidió sacrificios y oraciones por la conversión de los pecadores, a la vez que les pidió que rezasen por Rusia (en aquellos momentos comunista).
Ahí he estado yo esta Semana Santa, en Fátima. Acompañando a la Virgen en esas horas de la pasión en las que vio sufrir a su hijo y en las que sufrió Ella misma. No es la única manera, pero con la Virgen se vive muy bien la Semana Santa. Y sin duda Ella sabrá recompensar el haberla acompañado durante estos días. 

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